19-J. Orgulloso de ser mallorquín otra vez más

Ayer volvimos a ver otro acto de la obra más bonita de la democracia occidental desde hace ya casi medio siglo. El 19-J movió cientos de miles de pies y desgañitó infinidades de voces, alaridando en contra de la injusticia de una democracia viciada y con olor a rancio. Europa nos oyó, hasta cruzando el charco se nos escuchó. Ya no podrán seguir ignorándonos más. Cientos de miles de personas volvieron a demostrar que estamos en el cambio y que, por mucho que quieran ellos, ni pueden pararnos unos ni pueden representarnos otros.

Algo está cambiando.

Ayer, como no podía ser una excepción, Mallorca me dio una maravillosa alegría. Más de una decena de miles de personas se congregaron para seguir nuestra lucha pacífica por un mundo más justo y unos representantes del pueblo que no nos sonrojen de vergüenza cada mañana. Ayer, durante 2 horas y 30 minutos, los políticos y sindicatos volvieron a esconderse por las esquinas y sepulcros. Sus caras debieron ser una metáfora del NS/NC tan habitual en las encuestas. En este caso, no sería un 5% sino, más bien, un abrumador 99%. Donde, por desgracia, ese 1% restante identifica a aquellos que aún creen erróneamente que nos representan. Vamos, que no tienen, con todos mis perdones, ni pajolera idea de lo que va todo esto.

No somos papeletas, somos personas. Tratadnos como tal.