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viernes, 13 de mayo de 2011

Metro y via conectora. Dos ejemplos de como no hacer las cosas

Parte 1. El metro

Todos sabemos que a final de legislatura, sin saber porqué, a los políticos les entra una ansiedad enfermiza por conseguir votos fáciles y empiezan a hacer "cosas" más que peligrosas.  Donde, dichas "cosas" suelen implicar mucho dinero público, poco pensadas y a poder ser inútiles/innecesarias. Y, sobretodo,  sin escuchar a la ciudadanía y, lamentablemente, también en contra de la opinión de los técnicos.

Este órdago no va dirigido a un único partido político en especial, ya que, todos en la última década han dejado su marca personal. Todos ellos marcados por la tónica general política de los últimos años. Es decir, años de confrontación agresiva, oposición radical a las políticas de los otros, evidente falta de consenso y dinámicas autodestructivas de destrozar todo lo hecho por el anterior gobierno.  Concluyendo, claro está, en un informe del CIS, el cual, colocaba el estamento político cómo la tercera preocupación de los españoles. Todo ello, mientras sufrimos la peor crisis del último siglo. Vamos, que alejándonos de términos cervantinos, podemos decirles: ¡"tela marinera" señores!

Si me permitís, presentaré un ejemplo de cada uno de los últimos gobiernos. Ordenados cronológicamente, para mejor situación cronológica del lector.  Hablaremos, pues, del Metro de Palma del govern de Jaume Matas y, posteriormente, la Vía Conectora del consell insular de Mallorca de la señora Francina Armengol. Para que no fuera de una longitud anodina, dividiré este tema en dos post diferentes y separados.

Metro de Palma

La construcción del conocido metro de palma se construyó, como ya hemos dicho, durante la legislatura de J. Matas.  Hablamos de una infraestructura de  nueves paradas conectando Plaza España, el polígono Son Castelló y la UIB con una capacidad de satisfacer trenes cada 3 minutos y demandas muy elevadas.  Su objetivo era intentar incentivar un cambio de modal, desde el coche hacia el transporte público, para descongestionar el polígono y la universidad. Donde,  las previsiones apuntaban a que el transporte colectivo de los estudiantes subiría del 31% al 43% y se captará el 12% de los actuales viajeros de coche u otras modalidades. Además, se consideró que el 95% de la demanda total actual del autobús sería desplazada hacia el metro.

Hasta aquí  todo bonito, ahora empiezan las realidades incomodas y las incoherencias. Presentando lo que no se puede hacer, tanto, económica, social y técnicamente.

1. Porqué no tenía que hacerse de primeras el metro

Como ya expliqué en el post de la comparación entre Metro y Tranvía, la infraestructura para el metro es extremadamente cara. Es tan cara que, para una línea de 9 paradas, se gastaron 550 millones de euros (que se sepa).  Desglosándolo serían los 508 millones de euros de la obra inicial, 14 millones de euros en trenes y, nuestros preferidos, los restantes 28 millones correspondientes a la archiconocidas inundaciones de las estaciones. Por tanto, no hace falta decir, que la auténtica millonada gastada es simplemente escandalosa.

Y más, cuando, ahora se quiere aplazar un proyecto como el Tranvía de Palma, más que fundamental para la ciudad y de un coste irrisorio comparado con la vergonzoso pastizal gastado con el metro. Una infraestructura que, con la demanda que abastecería, autofinanciaría su operatividad sola. Respondería a la saturación de la línea 15 de la EMT y conectaría el aeropuerto con el  futuro Palacio de Congresos y Plaza España. Y, además, reactivaría y remodelaría tramas urbanas,  generando un beneficio económico en zonas actualmente deprimidas.

Esta es la diferencia entre una obra con consenso técnico y con fundamentos de movilidad, respecto de una obra electoralista y que no satisface las necesidades reales de la ciudadanía.

2. Porqué es simplemente imposible que funcionara la idea
Todos aquellos que estéis leyendo el post y seáis mallorquines, entenderéis porque digo lo siguiente: "El mallorquín  medio, si pudiera, iría con el coche al váter"  Posiblemente sea muy ruda la frase, pero es una verdad como un templo. Somos, simplemente, incapaces de imaginar una distancia mayor a dos minutos caminando, a no ser, claro está, que sea a consecuencia de no haber podido aparcar más cerca. Siendo, entonces, una razón más que suficiente para caminar.

Combinemos este hecho con la frecuencia de la época de autobuses de la EMT, actualmente muy mejorada, no menor a los 10 minutos de las líneas más utilizadas y alrededor de los 30 minutos de líneas secundarias. Además,  hasta septiembre del 2011, no habrá intermodalidad entre el metro, cercanías y buses de Palma. Vamos, que alguien que quisiera ir con metro hasta la universidad debía:
  1. Esperar su bus correspondiente (aprox. 10 min. de media), pagar y realizar el trayecto hasta Plaza España.
  2. Una vez allí, esperar el metro (frecuencia de 15 minutos) y volver a pagar por utilizar el metro.
  3. Llegar a una estación de la UIB que, por su disposición respecto al campus, si quisieras ir a ciertas facultades debes hacer 20 minutos de camino a pié [Facultad de Turismo]. Este error fue tan clamoroso que, tuvieron que introducir un autobús y un sistema de bicicletas para que los usuarios pudieran llegar a sus respectivas facultades.

Hasta aquí, uno puede decir, lo han planificado un poco mal pero si mejoramos la operatividad puede empezar a funcionar. Es decir, medidas como mejorar el servicio de los buses intercampus, aumentando frecuencias de buses de la EMT y tarjetas multimodales para poder coger el bus y el metro sin tener que pagar doble.

La gran incoherencia viene ahora. Cosa no poco habitual, por cierto. Mientras se realizaba la construcción del metro, se hizo una ampliación de la carretera de Valldemossa a tamaños casi de autovía, para solucionar unos atascos que existían cada día en la zona. Entonces, mi pregunta es: Si ustedes están construyendo un metro de 508 millones de euros para reducir el volumen de coches y conectar la UIB y el polígono con Palma, ¿Por qué construyen una semiautovía con megarotondas de 16 millones de euros facilitando que se fuera en coche?
O una o la otra, ¡pero no las dos! Si apuestan por el coche, apuesten por el coche. Pero si apuestan por el transporte público, háganlo, primero bien y, si han elegido mal, por lo menos incentivando que lo utilicen. Bajo mi punto de vista y espero que la de todos, creo que no estoy diciendo ninguna barbaridad, ¿no?

¿Cuál fue la consecuencia? Un metro infrautilizado totalmente, aumentando el uso del coche y facilitando inmensos aparcamientos gratuitos  en la universidad. Es decir, a groso modo, dos millones de usuarios al año del metro (18 menos de los mínimos necesarios para ser deficitariamente sostenible), un coste de 550 millones de euros y una deuda que deberemos pagar durante los próximos 20 años. Y, lo más frustrante de todo, teniendo una infraestructura magnífica totalmente infra utilizada.

Como título personal, y siguiendo con el post sobre las propuestas de UPyD, la doble moral política es evidente. De cara a la galería potenciamos el transporte público pero no molestamos al coche porque no vaya a ser que perdamos votos.

3. Cosas poco explicables

1. Aquello más grave y poco explicable es, evidentemente, el porqué durante casi un año los ciudadanos mallorquines tuvieron que ir con patos, gafas de buceo y mascarilla de oxígeno al metro para poder utilizar esa monumental infraestructura.

2. ¿Cómo es que el metro llegue hasta la UIB pero deban de instalar buses para ir por el campus?. ¿No sería más adecuado una estación más central o dos estaciones más pequeñas a lo largo de la universidad?

3. ¿Cómo puede ser cierto que el metro llegue hasta la UIB pero no llegue hasta el parc BIT? Siendo éste el centro de emprendedores y tecnológicos más importante de la isla.

4. Conectar el polígono Son Castelló con el metro, pero no mejorar la conectividad de éste con el metro. Actualmente, sigue siendo un lugar peligroso para los peatones. ¿No se deberían de mejorar los circuitos de peatones y bicicletas?

Bueno, si habéis sido capaces de poder llegar hasta aquí. Primero, daros las gracias y presentar mi deseo que os haya parecido interesante. Y, por último, enseñaros mi horror de las barbaridades que pueden llegar a decirse por los medios sin ningún tipo de pudor. Aquí va una opinión de un diario de tirada nacional sobre la ampliación del metro de Palma.

Saludos a todos,
Lluís

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